LA ENGAÑOSA LUZ DEL CREPÚSCULO.-
Todo sucedió en primavera. El día tocaba a su fin cuando el resplandor del atardecer me quemó la retina. Me tenía aturdida la visión espectacular del cielo en llamas: las nubes reflejaban los rayos locos y desesperados de un sol que no quería desaparecer entre las montañas teñidas de oscuridad. Fue una visión, un roto en el tejido del universo, algo imposible de olvidar. Deslumbrada por el atrac ...