Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Yo estoy contenta porque después de una semana bastante complicada he podido desconectar bastante, y descansar y aún tuve tiempo para cine y para todo, incluso para pasar calor que ayer en Oviedo teníamos 20º, así que ahora empiezo con fuerza otra semana complicada.
Hoy toca un repaso por los mejores momentos que nos ha dejado enero. Y sin más rollo empezamos.
Enero es un mes extraño, el de los propósitos, los comienzos y los repasos, el de la cuesta y el fin de las navidades.
Hace dos años mi enero(podéis verlo aquí) fue horroroso, una sucesión de días grises en los que no me apetecía ni levantarme de la cama.
El año pasado fue bastante mejor(podéis verlo aquí) y aunque no es un gran mes pude aprovechar y pasó bastante rápido.
Y este año ha sido extraño, lleno de momentos buenos y algunos complicados, con altibajos, aunque tengo que decir que esta vez ha habido mucho más bueno que malo, por tanto la energía positiva prevalece.
El mes empezó con un tiempo bastante bueno, con frío pero con sol, ese sol que en invierno nos regala otra luz. Y claro, no pudimos resistirnos y fuimos a pasear por la parte alta de la ciudad, la zona antigua, donde realmente empezó todo.
Lo bueno de enero es que aún tenemos Navidad, así que acercarse a patinar sobre hielo siempre es un buen plan, aunque yo soy un desastre y me quedo mirando, mientras mi familia patina, jejejeje, supongo que el trauma de una lesión de infancia en una pista de patinaje puede influir. Pero mola ver a los demás deslizarse.
Pero no todo fue sol, también hubo brumas y neblina, de esa que moja las aceras y oscurece el mar, de esa que pinta de calma el lugar mientras nos regalan una extraña sensación...algo está a punto de suceder.
Y la playa parece inmensa, y yo me siento tan pequeña...
Ya sabéis que adoro los atardeceres, esos destellos que son mágicos, ese adiós a un día que ha sido único y que no va a volver.
Pero el sol volvió y con él las ganas de desconectar, ganas de verde, de paz y de silencio. Y qué mejor que volver a ese sitio donde improvisamos cenas mientras contemplamos la ciudad como Mary Poppins desde el tejado con los deshollinadores.
Y de nuevo dejamos que el ocaso nos acompañase, caminar mientras el sol se va a dormir y desearle mentalmente buenas noches, pidiendo que vuelva al día siguiente, o al otro si quiere descansar un poco para que nos visite la lluvia.
Otros días el sol quiso descansar un poco como le dijimos, pero nosotros seguimos saliendo, aprovechamos para ver a nuestros amigos, algunos muy requetelistos e inquietos. Os dejo también un vídeo que grabé sin querer creyendo que era una foto, algo mejor se ve porque no paraba, jejeje, más mona.
Bueno, algunos no son inquietos y esperan tranquilamente, pensando en sus cosas, sin prisa, como deberíamos hacer todos.
Y claro, ya que estábamos allí buscamos esos rincones que me recuerdan a mi infancia y que parecen sacados de otros tiempos.
Y recordé mis juegos, comiendo barquillos bajo ese extraño cenador y viendo como mi madre partía el pan que habíamos llevado a los patos. Los de Gijón seguro que habéis vivido esa escena una y mil veces.
No puedo evitarlo, tengo que volver a la playa, una semana sin playa no es una semana, y qué mejor que ver a los surfistas luchar con el mar, ganando unas veces y perdiendo otras.
O contemplando a los chicos del paddel surf mientras esperan tranquilos esas olas que les impulsan. Podría pasar horas mirando.
Y claro, nos vamos con otra puesta de sol, con un crepúsculo de esos que hablan de días un poco más largos, de un mes mucho más corto y de muchos sueños que están por llegar.
Y hasta aquí mi resumen de los mejores momentos del mes, instantes sencillos que me han ayudado a desconectar y a afrontar con fuerza las cosas, que me dan esperanza y ganas de vivir, instantes que espero repetir y no cansarme nunca.
Y vosotros; ¿Habéis tenido un bien mes de enero? ¿Habéis salido o ha sido un mes de sofá y mantita, que mola mucho? ¿Os gustan las ardillas?
Mil besos y nos vemos el miércoles con un truco.
Fuente: este post proviene de Pequeños trucos para sobrevivir a la crisis , donde puedes consultar el contenido original.
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