UN CUIDADOR PROFESIONAL: 8 cualidades que debe tener



El aumento de la esperanza de vida de la población española ha hecho del cuidador profesional una figura indispensable para mantener la calidad de vida de los ancianos.
 
El cuidador profesional es el que presta asistencia a los ancianos, a los niños y a las personas con discapacidades o enfermedades raras a tiempo completo o parcial en residencias, comunidades o instituciones.
 
Para ser un cuidador profesional el individuo tiene que tener una educación elemental completa y tomar cursos de calificación en el área. También se exige que el profesional tenga al menos 18 años de edad, buenos antecedentes penales y que esté en condiciones físicas y mentales de ejercer la profesión. En España, hay excelentes centros de estudios para formarse como cuidador profesional: CEAC Opiniones

Además de los requisitos previos enumerados anteriormente, es necesario que el cuidador desarrolle sus actividades sobre la base de la ética. Determina que el profesional tiene respeto por el mayor y sus familiares. Por lo tanto, debe evitar interferir con las costumbres y creencias familiares, especialmente las religiosas. Además, un cuidador ético también debe comprender las limitaciones físicas y psíquicas de los ancianos, además de tratarlos por su nombre.
 
Sin embargo, tener estudios para cuidadores, tener más de 18 años y ser ético no es suficiente para ser un buen profesional. Esto se debe a que, además de estos requisitos, un cuidador necesita tener algunas habilidades para ejercer la profesión con cuidado y celo.
 

8 cualidades que todo buen cuidador profesional debe tener

 

Paciencia

Sin duda esta es la primera y quizás más importante cualidad que un buen cuidador profesional debe tener.
 
Algunos ancianos dependen totalmente de otros para realizar incluso actividades básicas. Entre ellas podemos mencionar ir al baño, cepillarse los dientes, bañarse y alimentarse.
 
Otros son más independientes, pero tienen las limitaciones físicas y mentales impuestas por la edad avanzada. Por lo tanto, realizan sus actividades a un ritmo más lento.
 
Hay asistentes que tienen problemas de audición, es decir, que requieren que el cuidador repita una sola instrucción varias veces. Sin embargo, también hay quienes en un momento dado están bien con la vida y en dos minutos, están de mal humor.
 
De esta manera un cuidador bien entrenado y experimentado es capaz de reconocer las limitaciones de sus pacientes. Y por supuesto, sin tomarlo como algo personal. Además, un buen profesional puede fomentar la independencia y la autoestima de su cuidador, incluso en medio de tantas dificultades.
 

Simpatía

Una sonrisa puede cambiar el día de alguien. Por lo tanto, mantener la calma y el optimismo en las situaciones más difíciles marca la diferencia en la vida de los ancianos.
 
Al ser atendido por un extraño, es normal que el individuo se sienta asustado e incómodo. Así que depende del cuidador profesional poner fin a esos miedos. Para ello, son esenciales las palabras positivas y las demostraciones de afecto y cariño.
 

Educación

El cuidador profesional no sólo tendrá contacto con el mayor y sus familiares, sino también con las visitas de los familiares. Por lo tanto, debe saber cómo comportarse en diferentes situaciones, manteniendo siempre la cordialidad y el respeto por los demás.
 
También debe cuidar su apariencia y su higiene personal. En otras palabras, debe ir a trabajar con ropa adecuada, cuidado del cabello - corto para los hombres y prisionero para las mujeres. Además, debe tener una barba completa, uñas limpias y cortas para transmitir una imagen más profesional y creíble de sí mismo.
 
Además de los buenos modales, el buen profesional debe ser discreto. De esta manera, nunca debe comentar con los visitantes o desconocidos las particularidades de la familia para la que trabaja.
 

Fuerza física

Algunos ancianos necesitan cuidados especiales, como ayuda para bañarse, cambiar pañales, pasar de la silla de ruedas a la cama y viceversa.
 
Para que estas actividades se lleven a cabo con eficacia, el cuidador debe tener cierta preparación física y técnica profesional. Estas técnicas se enseñan en el curso para cuidadores y determinan la mejor manera de realizar estas tareas sin causar daños a su salud y a la del paciente.
 

Equilibrio emocional

La labor de cuidar a personas mayores de 60 años también requiere el autocontrol del cuidador profesional.
 
Eso es porque necesitas un equilibrio psicológico para lidiar con las diferencias de humor de algunos ancianos. Así como los trastornos causados por sus limitaciones físicas, como la incontinencia urinaria, por ejemplo.
 
Un buen cuidador nunca regaña a su cuidador en una situación así. Al contrario, mantiene la calma y la serenidad.
 

Ser un buen oyente

Saber escuchar es una cualidad primordial para un buen cuidador, porque rompe las barreras, aleja los síntomas de la depresión en la persona mayor.
 
El día a día de los parientes hace que muchos no tengan tiempo de parar para dar la atención adecuada que los mayores necesitan. Así que terminan internalizando la necesidad de hablar con alguien.
 
Así, entendemos que el poder escuchar a la persona asistida sin interrumpirla es una cualidad esencial para todo cuidador. Incluso para esas historias contadas repetidamente. De esa manera, escúchalos con atención e interactúa con ellos. Muestre interés en los temas, aunque haya escuchado el caso otras veces.
 
Hacer que cada día la historia que cuenta la persona a tu cargo sea diferente es un regalo. Por lo tanto, la creatividad es la palabra clave para ejercer la profesión de cuidador.
 

Ser un observador

Ser capaz de entender lo que el viejo está sintiendo es primordial. Esto se debe a que los cambios repentinos de humor, el aislamiento y el no hacer actividades que tanto les gustan pueden ser signos de enfermedad o maltrato.
 
Si detecta alguna situación que exponga al anciano a riesgos, el cuidador debe buscar ayuda de órganos especializados. Lo que no puede y no debe hacer es ser omisivo.
 

Tener empatía

Cuando nos ponemos en el lugar del otro, todas las dificultades se superan. Cuando se cuida a personas de más de 60 años, esa máxima no sería diferente.
 
Un buen profesional trata al anciano como le gustaría ser tratado cuando sea mayor, por lo que entiendo lo difícil que es lidiar con los obstáculos impuestos por la vejez.
 
Un profesional empático proporciona los medicamentos en las dosis y tiempos correctos a los ancianos, y se ocupa de la alimentación, seguridad, higiene y bienestar de los mayores como si estuviera cuidando de sus padres o abuelos.
 
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