Fiebre amarilla
Caronte se despertó sobresaltada. Megan golpeaba en el cristal de la ventanilla del Hummvy, junto a ella estaba Rut. Se había encerrado en el interior del vehículo para dormir. Necesitaba descansar y no se fiaba de su segunda. A decir verdad ya no creía confiar en nadie. Todas se mostraban distantes y extrañas con ella. No podía culparlas, su enigmático comportamiento no ayudaba. Si todo seguía ig...