Objetivo: Washington D.C.
Una floja primera parte tuvo una frenética continuación en Londres cuyo éxito ha dado pie a esta tercera que pretende dar un giro serio a la saga, fallando estrepitosamente en el intento. Uno de los problemas es su manida trama conspiratoria con un guión lleno de lagunas y alarmantemente previsible, con personajes cuyas intenciones sabes nada más aparecer en pantalla. Pero lo imperdonable, ya sea...