Bolsitos vaqueros
Cuándo la máquina de coser y yo andamos de buenas, es decir, que ella funciona correctamente y que yo no quiero tirarla por inservible, entonces ocurre la magia, yo la veo como un mal novio, es una buena analogía, pero cuando andamos de romance todo fluye, ya saben a lo que me refiero.Desde diciembre debo agradecer la compostura a mi suegra, siempre que viene le da su manita de gato (zarpazo de ti...