Manualidades de Azteca

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beatriz jimenez

(México)

Viviendo intensamente!

Artesanías y manualidades. Cultura de México. Divagaciones.

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Manualidades de Azteca

Mi lengua buscaba inquieta entre los poros de la roca, mi sed era terrible, me sentía en confusión, aún así, mis brazos seguían alrededor de esa roca, como si fuera un ser humano, mi héroe; en realidad, era mi salvación. Empecé a llorar, moriría de sed, en medio de tanta agua salada, ¿qué estaba pagando? Lloré suave, no quería deshidratarme más, imaginaba morir acartonado, como esas momias egipci ...

Enardezco o tranquilizo al demonio que vive en mi almohada, en la penumbra, Al abandono del sol, poso mi cabeza en ella, sólo para desatar mis manchas; Espera de forma malsana mi canto; me encadena, se burla de la sal de mi llanto, Me domina, acaricia mi cabello plata, fielmente; me confiesa hasta el amanecer. Sin queja, en lucidez, escribo este poema, a ella, la almohada, a mi hoguera, A mi paz, ...

El engendro de sus pesadillas, las peores, de su infancia, de toda su vida; le vio venir a lo lejos, ahí, esa temible existencia, tembló, las piernas no obedecieron sus pasos, dudaron al verlo venir, se cuestionó, en confusión, "¿Existe?", "¡Sí! y le sudaron sus manos. Pasó junto a él, esa bestia infrahumana agachó la cabeza, hizo huidiza la mirada de diablo; no era tan temible, y ...

Qué necedad volverte con todos mis locos sentidos, estúpida y ferozmente, Pecado terco, reclamando con agitación vibrante, respirando erróneamente, En palpitar, llevándome a ti, trayéndote, exigiéndote, en súplica: "bebe de mí". Admití, sin arrepentimiento, el vaivén, el encanto, en el que mi cuerpo es débil, Cobarde, abandonado al tuyo; al evocarte, oprimo este corazón y desciendo al Ha ...

De rodillas, casi abatida, la guerrera seguía adelante, No lograba incorporarse, se apoyaba en troncos, Algunos secos, huecos, otros más, Se pulverizaban al ser tocados. Casi le daba alcance el enemigo; De sus heridas, de su sangre vertida, sacaba coraje; No le darían alcance, se lo imploraba en grito apagado. A lo lejos, algo brillaba, ¿eran espadas?, ¿Su pueblo o enemigos?, no importaba, ya n ...

Moría cada noche, deshecho, Al amanecer, resucitaba. No había tiempo que perder, En el frenesí de su vida, De su loca carrera, Tropezaba, caía, se levantaba Y seguía corriendo. Deleitábase en pasiones fugaces, El amor era una pérdida de tiempo, Tiempo que no atesoraba, Pues todo era malgastado Y desgastado. Bebía la vida de un solo golpe. Sin futuro, sin promesas. Realmente, morir eternamente, Lo ...

A su llamado imperioso, acudí, Esa ternura, ese calor tibio, Esa sonrisa inocente y Sus luceros inquietos, Me han hechizado, Pobre de mí. Le sonrío sin poder apartar Mi mirada de él, Me subyuga, Estoy perdida en su cercanía. ¿Por qué me siento Tan niña? ¿Por qué olvido mis batallas Cada vez que pronuncia mi nombre? Con su aliento en mi mejilla La vida deja ser salada y amarga.

Como la brisa en mis dedos, Como el aroma que abraza mis sentidos, Cuál agua acuñada en mis cabellos, Así eres tú, sin espacio, sin tiempo, Sin poder estar un solo momento Entre mis brazos, en mi tibieza, En mis pesadillas, en mi llanto, En todo lo que me sofoca, O endulza mi alma! No quieres ser, No quieres estar! No te interesa mi alma, Tienes de más! Ve, sigue tus rituales, tu jolgorio, Tus a ...

Cielo plomizo, se precipitaba con furia, purificando todo, menos a esa alma errante. No percibía el frío, descalzo, entre el lodo, piedras, por más que el riachuelo se esforzaba, no lograba arrebatarle de su obsesión: ella, era la luz al final del túnel, su doctrina, su juez, su verdugo, la última estrella de su sombrío universo; empapado de ella, se perdía y nacía; con ella se elevaba al cielo y ...

¡Se asomó y se deleitó con lo visto, en la tierra. Hacía gala de su bondad, de su protección. Saboreó lo dulce y evitaba lo amargo. Mordía, sin caricias, arrebatado. Huía en cada turbulencia, el cielo le requería. Aquí, el simple mortal le amó, le idolatraba. Juraba que sin su aroma, no podría vivir. "El amor es ciego", dicen. De una luz tenue, celestial, fue iluminado, Develado; Sí, er ...

¡Fuertes y hermosas, unas guerreras. Hoy les hablé, les llené de caricias y besos. Sin ellas no existirían los tiempos, Las distancias, los pasos, los caminos. Tímidas, aceptaron mis sentimientos no expresados; Con mis tiernos roces, sólo temblaron, No dijeron una palabra, No era necesario, Ellas sólo actúan, Las promesas, No están en su vocabulario!

¡Había caído una y otras veces más, Cupido, triste, no sabía si llorar, reír, sentir tristeza o burlarse de sí mismo! Por qué huyes, por qué me olvidas, Amor! ¿Será que los corazones no son humanos? ¿O, aprendieron a resucitar en cada agonía, En cada partida del ser amado? ¡Triste corazón, terco, aferrado, No llores más que Cupido muere desangrado!

Corrían entre risas y miradas felices, extasiados, nada les detendría! Era tiempo para volar, soñar y despertar! Quien no se contagiaría de esos ojos chispeantes y risueños? Quien le daría la espalda a lo genuino de su empeño? Como negarse a esa tierna caricia, suave, hasta inexperta, de sus mejillas sonrosadas?