Un copete es para siempre...
Es que se nos vienen a los ojos... ¡no lo podemos evitar! Vamos paseando por puestos y mercadillos y parece que nos llaman... "Julia, Yenia, miradme, soy un copete, y estoy aquí solito y abandonado a la espera de que me rescatéis". Y allí que vamos las dos al regateo puro y duro y sin miramientos, con tal de sacar de allí esa pieza olvidada y darle una nueva oportunidad de vida honrosa y muy, pero...