Restaurante Manso
Pues ya tenía ganas de volver al Manso, y esta vez llevaba una mochila cargada de motivos por los que no posponer más la visita. Lo primero sin duda, por ver a Alberto y pasar un ratito charlando con él, aunque el ratito al final se transformó en un rato largo y casi tenemos que ayudarlo a agilizar el servicio de cenas. Hablamos mucho! Y es que yo creo que Alberto habla casi tanto como yo, lo cual...