Ya llevábamos unas semanas recopilando información sobre la vendimia, ahora es la época en esta zona de la sierra madrileña, y nos apetecía aprender algo nuevo y poder acercároslo. La verdad es que este tema sí que es un mundo, un extenso mundo.
Elegimos dos tipos de bodegas, una tradicional y otra mas joven, en las que encontramos diferencias en cuanto a producción, forma de hacer los caldos y en otros muchos aspectos. Pero lo que si es igual en ambas, es ese amor que desprenden sus responsables sobre lo que te están acercando. Y es que la vid hay que mimarla, parece que están ahí perdidas en los campos cuando pasamos con el coche, y nada mas lejos, son observadas, podadas, cuidadas, analizadas…vamos, un trabajo de todo el año, siendo este periodo de la vendimia la época crucial poniendo punto y final a todo un año de dedicación.
Una de las conclusiones mas importante con la que nos quedamos es que el sabor final del vino dependerá del clima de ese año, de esas lluvias deseadas de primavera y alguna tormentilla de verano, del día justo en que se elija para vendimiar, de los tiempos que se otorguen a las dos fermentaciones necesarias… en fin, cada decisión y paso en la elaboración, y son unos cuantos, dejará huella en el sabor de este vino.
Comenzamos nuestra visita en BODEGAS FRONTELO, en Cadalso de los Vidrios. Una bodega con gusto familiar y que dedican su tiempo a esta actividad desde, nada mas y nada menos, 1922. Desde entonces, con una bodega en Leganés, reparten su vino por la Comunidad de Madrid.
Cuentan con una extensión de 6 hectáreas de viñedo, en vaso, con uva garnacha y tempranillo y con una producción anual de unos 50.000 litros de vino aproximadamente.
Nos recibe Valentín Frontelo, nieto del fundador de esta bodega, y con el nos adentramos al interior de este lugar con mucha historia. Lo primero que nos llama la atención son los enormes conos donde permanece el vino desde que llega a la bodega en forma de uva. Son de cemento armado y aquí fue donde se hizo el primero de estos conos en todo este pueblo. Como curiosidad tienen una capacidad de 7.000 litros aproximadamente cada uno.
Y Marina allí se subió para ver como fermentaba la uva, que de forma impresionante, es la misma sensación como si tuvieras una olla al fuego.
Antes de meter la uva en estos recipientes se quita el tallo de los racimos, que ahora lo realiza una máquina. Este primer proceso de reposo se llama fermentación “tumultuosa”, que dura, en esta bodega, alrededor de 20 días. Posteriormente se separa la piel o pellejo de la uva y se procede a una segunda fermentación que se llama “maloláctica”, y aquí cada bodeguero tiene mucho que opinar porque se puede parar con frío cuando se quiera, para conseguir el gusto personal del bodeguero.
Hay también que decantar todo este caldo para ir quitando los posos, que sino darían mal olor al vino. Estos posos ( que se llaman tártaro) van quedando en el fondo, así que van pasando el vino de cono a cono realizando la decantación denominada por trasiego.
En estas bodegas el vino puede ser consumido mas o menos a los dos meses, y nos ofrecen una cantidad de variedades como son el vino de mesa a granel, tinto de barrica de roble, blanco, rosado, moscatel, Pedro Ximenez, vino dulce de naranja, Vermut, y licores de café, limón, crema de orujo, pacharán… vamos que para todos los gustos y con el sabor a tradición, que es lo que conservan sin duda alguna en esta bodega.
Emplean, que nos llamó la atención su colorido, unos tapones de silicona de colores, evidentemente homologados para uso alimentario, porque nos cuentan que el corcho es carísimo para su nivel de producción.
De no saber nada de vinos, y aunque sigamos sin saber nada, hemos aprendido muchísimas cosas gracias a Valentín e Isabel:
La vid puede plantarse en vaso o espaldera. En vaso, pegada al suelo, da menos uva pero de mayor calidad.
Pedro Ximenez es una variedad de uva ( y nosotras pensando que era una marca!!!)
Para un buen año es necesario la lluvia en primavera y sol.
Una uva con poca maduración dará un vino con menos grados.
El color del vino lo da la piel. Al elaborar clarete, hay que quitarla.
Para elaborar un litro de vino hacen falta alrededor de algo mas de 1´2 kilos de uva.
Y dejando la tradición hablamos de una bodega que comenzó su actividad en el año 2008, bajo el nombre de COMANDO G. Evidentemente los que ya no cumplimos 40 años, ese nombre nos recuerda a unos dibujos animados de nuestra época, y algo tiene que ver este nombre con aquellas aventuras, ya que se propusieron recuperar viñas olvidadas con viejas cepas de Garnacha entre 50 y 80 años, en las zonas de Rozas de Puerto Real, cultivando sus 10 hectáreas de forma biodinámica y donde no entra la maquinaria para su cuidado.
Así que el nombre es G de comando, G de garnacha, G de Gredos… bien pensado por sus propietarios Fernando García y Daniel Gómez, que consiguen hacer un vino de maduración equilibrada y fresco con uva 100% garnacha.
Cuando recolectan la uva, en Cadalso de los Vidrios, hacen la selección manual, racimo a racimo. No puede quedar ninguna uva que no esté en perfecto estado. Y si en la anterior bodega os decíamos que separaban antes de la fermentación la uva del tronco, en Comando G se fermenta con el. Es lo que os comentábamos que cada bodeguero decide como elaborar sus vinos, de ahí tanta variedad de olores, colores, sabores… cada decisión es un matiz.
Licenciados en viticultura y enología han conseguido darle otro cuerpo y espacio a la garnacha. Desde sabores diferentes a imagen. “La bruja avería”, de nuevo despertando nuestros recuerdos transportándonos a otra década, comercializan su uva bajo este nombre y con etiquetas diferentes, algo singular, dando otra vida al conocido sabor de la garnacha con toques frescos y con su sello de justo toque de madera y maceración suave.
Desde esta bodega salen vinos con Denominación de Origen, vinos de Madrid, fuera de nuestras fronteras, y lo curioso es que cambian el etiquetado, y La bruja avería, pasa a llamarse La Bruja de Rozas. Y es que ¿ entendería un francés, por ejemplo, quien era Alaska o los electroduendes? jajajjaaja. Además de esta forma hacen un guiño a esa localidad que les proporciona la riqueza de sus tierras y viñas.
Agradecemos a Sonia, Félix y Javier sus explicaciones, su tiempo y todo lo que hemos aprendido.
Un mundo para enseñarte muchas cosas, dinámico, que requiere muchísimo tiempo, dedicación, conocimientos, que debe ser apasionante participar en el cuidado y saborear el resultado, y que esperamos justamente eso, que cada vez que disfrutemos de una copa de vino sepamos valorar las horas sin dormir, cuidados y mimo que estamos bebiendo.
Muchas gracias!!!
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